Comunicado No. 15
Luego de 40 días de negociación sin acuerdos con la empresa Carbones del Cerrejón Limited (propiedad de las multinacionales BHP Billiton, Anglo American y Glencore), Sintracarbón convocó a sus afiliados y trabajadores de la empresa, a que democráticamente escojan entre declarar una huelga en el complejo carbonífero o someter las diferencias a un tribunal de arbitramento.
El pasado viernes 19 de enero la multinacional Cerrejón presentó su cuarta oferta para una vigencia de 2 años así: se limita a actualizar por el IPC de 2017 (4,09%) los auxilios existentes de la actual Convención Colectiva de Trabajo. Para los auxilios universitarios ofrece actualizar por IPC lo últimos 5 rangos (de 35) y crea 1 uno más. Modifica algunos otros artículos convencionales bajo el controvertible interés de mejorar la aplicación. En el plan adicional de salud (PAS) mantiene la relación de copago (74% empresa / 26% trabajador) y la disminución de valor de la parte correspondiente al trabajador por el cambio del prestatario. Ofrece un aumento salarial de 5,9% para 2018 y de IPC+1,4% por ciento para 2019; y un incremento de los bonos a la firma y especial de 9.1%.
En la mesa de negociaciones, fuimos enfáticos en decir que esta oferta no pone fin a las legítimas expectativas de la masa trabajadora, la misma que restringió sus aspiraciones hace 2 años cuando los precios del carbón eran bajos. En aquel momento, nos conformamos con un exiguo aumento de salario y la actualización de los demás beneficios. Pero desde entonces, de manera sostenida, los precios se han ido incrementando hasta los US$91 por tonelada, como lo refiere la prensa económica y que, en consecuencia, se ha visto y se verá reflejada en las utilidades de las empresas exportadoras de carbón.
Ese sostenido buen momento económico y financiero, no debe ser solo para el disfrute de los accionistas extranjeros y de los administradores de la multinacional. Hay toda una población de trabajadores y trabajadoras de clase mundial, directos e indirectos, que se integran y contribuyen en comunidades locales, quienes son los productores de esa riqueza y dejan cada día y cada noche parte de su vida (a veces la vida misma) y su salud, extrayendo carbón en un ambiente pletórico de riesgos. No hay excusa para que Cerrejón no compense adecuadamente a quienes la hemos llevado hasta el sitial donde se encuentra. Atrás quedaron los argumentos de que hay fluctuación de precios, inestabilidad del mercado e inseguridad jurídica.
En razón de ello, Sintracarbón ha pedido que negociemos en tiempo presente y para una vigencia de 1 ó 2 años. Ese tiempo presente de la compañía hace leer la 4ª oferta (que debió ser la primera), como insuficiente. Sabemos que por cada US$100 que recibe, con menos de US$8 cubre la nómina de trabajadores y trabajadoras que se benefician de la CCT. Ni su competitividad, ni su sostenibilidad, ni su futuro como proveedora mundial están en riesgo al aceptar nuestras peticiones. Con una huelga, SÍ.
La huelga no es nuestro propósito. Hacerla solo depende del patrono. Por eso, atendiendo los términos de ley, este sindicato llama a sus afiliados y afiliadas para que cada quien manifieste su decisión sobre este proceso a través del voto. Aunque nuestra orientación es que votemos a favor de declarar la huelga, como ha sido tradicional en claro respaldo a nuestra comisión negociadora, este sindicato garantizará que el voto de cada afiliado sea secreto, personal e indelegable, tal cual lo exige la ley.
Desde ayer, 21 de enero, y hasta el próximo lunes 29, las urnas están dispuestas en los distintos puestos de votación de La Mina, Puerto Bolívar y Bogotá. Pedimos a afiliadas y afiliados la asistencia masiva, ordenada y pacífica, para garantizar la autonomía y la voluntad de nuestras bases.
Mientras tanto, nuestra Comisión Negociadora volverá a Barranquilla (ciudad de la negociación), en obediencia al interés de los trabajadores de explorar alternativas que nos permitan llegar a un acuerdo concertado con la multinacional antes de que se declare la huelga y que beneficie no solo a los accionistas, como pretende la empresa, sino también a las y los obreros.
Todo dependerá de la dinámica que al proceso de negociación le impriman los nuevos movimientos que haga la compañía, tanto en temas económicos, como en desmontar las barreras actuales –muchas veces unilaterales−, que impiden el goce pleno de los beneficios convencionales. Si bien los movimientos económicos que se esperan son relevantes, no dejan de serlo otros que tienen que ver con estabilidad laboral, salud, vivienda, educación, tercerización, comunidades y medio ambiente.
Reiteramos: solo Cerrejón tiene los elementos para impedir una parálisis de la producción en el complejo carbonífero. Pero si la huelga quiere, la huelga haremos.
¡Ni un paso atrás, siempre adelante!
COMISIÓN NEGOCIADORA
Riohacha, 22 de enero de 2018
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