Riohacha, 17 de junio de 2022
Desde que Colombia tiene vida republicana, nunca se ha estado tan cerca que dos hijos de las entrañas del pueblo, Gustavo Petro Urrego y Francia Márquez Mina, ocupen la Presidencia y Vicepresidencia de la República. Eso hace que los trabajadores, las comunidades, los pobres y los más necesitados tenemos que hacer un esfuerzo adicional para segunda vuelta y venzamos democráticamente, por fin, a la oligarquía.
En primera vuelta lo hicimos bien: más de 8.500.000 votos. Ahora en segunda vuelta, ante la unidad de los políticos corruptos derrotados alrededor de la campaña contraria, hay que hacerlo mejor. Hay que convencer a los compañeros, a los vecinos, a los familiares, a las comunidades que hay que votar por Petro y Francia.
Los trabajadores del carbón, en especial los subyugados por Glencore ─dueña de Cerrejón y el Grupo Prodeco, entre otros─ debemos ser los abanderados en nuestros pueblos para que Petro gane. Si Petro gana, deberá cambiar la actitud del gobierno ante esta multinacional: no para que la acabe ─ni más faltaba─, pero sí para que deje de hacer lo que le da la gana con las comunidades, el medio ambiente y los trabajadores.
El gobierno liderado por Petro deberá exigirle a Glencore que cumpla con las decisiones judiciales, en lo que le compete, en especial las sentencias de la Corte Constitucional que desde hace 6 años obligan a Cerrejón a mitigar el hambre y la sed de las comunidades y a responder por los impactos ambientales que causa la gran minería, en especial el desvío del arroyo Bruno.
Ganando Petro la Presidencia de la República, los obreros debemos exigirle un ministro de trabajo obrero, que le pida explicaciones a Glencore por qué le parece mal negocio explotar el carbón del Cesar y al tiempo compra las dos terceras partes que le hacía falta para adquirir la propiedad absoluta de Cerrejón. Además, que explique en razón de que devolvió los títulos mineros, pero se quedó con la propiedad de la zona de recepción del carbón, el porcentaje que tiene en la operación de la vía férrea (Fenoco), y el puerto de embarque (Puerto Nuevo S.A.). El presidente Petro, deberá nombrar un ministro serio, que cumpla su palabra. No como el actual, que parece un empleado de Glencore, autorizándole despidos masivos en plena pandemia contrariando la directriz estatal de proteger el empleo.
En cuanto a Cerrejón, el gobierno próximo debe darle un “tatequieto”. Que llame a Glencore y le pida explicaciones, de cara a sus trabajadores, por qué acabó 1.200 puestos de trabajo y despidió sin justa causa y de manera casi criminal a 226 trabajadores, si el impacto en sus estados financieros es verdaderamente nulo. Que explique por qué impuso ilegalmente un turno de la muerte 7×3-7×4, que esclaviza al trabajador y que lo pone a trabajar más y a ganar menos; que explique, además, por qué no está pagando las horas extras causadas con el turno de la muerte.
Los ex trabajadores, también deben apoyar esta fórmula presidencial. Es la única con propuestas para los despedidos. Además, en cuanto a los pensionados por invalidez, un gobierno alternativo debe cesar la criminal persecución que actualmente ejecuta la AFP Colpensiones, en cabeza de Duque y dirigida por un general retirado de la policía, interesados en mostrar estadísticas favorables de recuperación de recursos públicos a costa de la manutención del ex trabajador enfermo.
El llamado también es para el trabajador tercerizado de Cerrejón pues, se sabe, que si las condiciones del trabajador directo son complicadas, lo son más el del trabajador contratista. Están probados el trabajo precario y la tercerización ilegal que se padece en Cerrejón. Un gobierno de origen en el pueblo, debe ajustar estas pésimas condiciones.
Compañeros, no hay de otra: es ahora o nunca. Todos debemos ponernos la camiseta, votar e invitar a hacerlo. Pilas, los líderes de las comunidades. Igual los líderes en los espacios de trabajo. A quienes les toca trabajar ese día, hagan uso del permiso que otorga la ley. Quienes vayan a trabajar extras, háganlo después de votar. Cada voto cuenta. No nos aguantemos 4 años más de subyugación y deterioro de nuestras condiciones de vida. La otra opción no es el camino.
La última esperanza es Petro, compañeros.
JUNTA DIRECTIVA NACIONAL
ÍGOR DÍAZ LÓPEZ
Presidente