Riohacha, 26 de octubre de 2020
Desde hace 20 años viene creciendo en Colombia una fuerza y una voluntad del pueblo por abandonar las luchas fratricidas y encontrar un camino en el que podamos autogobernarnos y vivir pacíficamente. Desde la gran votación de Carlos Gaviria en 2002, las fuerzas alternativas han venido avanzando lenta pero constantemente, como se pudo ver en las elecciones de 2008, cuando más de 8 millones de colombianas y colombianos optamos por la opción presidencial de la Colombia Humana, encabezada por el hoy Senador Gustavo Petro.
Esas más de 8 millones de voluntades expresadas pacífica, democrática y claramente en las urnas depositaron sus votos, no por un partido, sino por una opción de gobierno basada en la implementación de los acuerdos de paz, el refuerzo de las instituciones democráticas del Estado y la posibilidad de construir un país donde quepamos todos, sin que las armas medien las relaciones sociales, políticas y económicas, como hasta ahora ha sucedido.
A esto es a lo que le temen quienes hoy, a través de cobardes y anónimos panfletos, amenazan a las y los líderes de la Colombia Humana en La Guajira. Ante estos seres humanos escudados en la oscuridad de sus amenazas, no nos queda sino decirles que ¡No Pasarán! Mientras más miedo, temor y amedrantamiento quieran sembrar, cada día más voces se levantarán para encender la valentía, el arrojo y la ardentía de quienes estamos aquí, con los movimientos y las fuerzas sociales progresistas, para construir la Colombia que nos merecemos.
Sintracarbón está con las y los líderes de la Colombia Humana en La Guajira, no como direccionamiento político, sino como un direccionamiento solidario y humano hacia quienes están proponiendo una Colombia en paz, la implementación de los acuerdos y la política de la vida, frente a la política de la muerte.
Estamos y estaremos con ellas y ellos siempre, porque tenemos la plena convicción de que nuestra unión y firmeza, les dará el mensaje claro que esa oscuridad en la que nos han mantenido y nos quieren mantener, no soporta la luz de nuestras voluntades unidas por una Colombia que le diga no a las armas, a la violencia y a la muerte.
Ante su política de la muerte, seguiremos anteponiendo la política vital, viva y movilizada de los grupos sociales, alternativos y sindicales, que sostienen y seguirán sosteniendo la luz de la democracia para que brille para todas y todos los colombianos.
JUNTA DIRECTIVA NACIONAL
