Riohacha, 8 de marzo de 2024
El 50% de los seres humanos que habitan el planeta Tierra son mujeres. Sin embargo, según la ONU Mujeres, “ningún país ha logrado plenamente la paridad de género y menos del uno por ciento de las mujeres y niñas viven en países con niveles altos de empoderamiento femenino y una reducida brecha de género”.
En este 8 de marzo, Sintracarbón quiere rememorar a tres pioneras de la lucha feminista, para recordar que esta causa no es una “moda” o una “venganza” de las mujeres contra los hombres, sino una válida pugna por lograr lo que es justo: que hombres y mujeres sean iguales ante la ley, los derechos y el reconocimiento de su aporte económico.
Olimpia de Gouges, inspirada por las ideas de la revolución francesa, publicó en septiembre de 1791 “La Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana”. Gouges reclamó para las mujeres el derecho al voto, a ejercer cargos públicos, a hablar en público sobre asuntos políticos, a la propiedad privada, a participar en el ejército y en la educación e, incluso, a tener igual poder en la familia y en la Iglesia. En países que se dicen democráticos aún faltan algunas de ellas y en países teocráticos, no se cumple ninguna. Olimpia, por su “atrevimiento”, fue acusada injustamente de traición a la revolución francesa y fue guillotinada en 1793.
Mary Wollstonecraft, nacida en el siglo XVIII, fue pionera en el mundo filosófico y literario de la época. En su obra, “Vindicación de los derechos de la mujer” (1792), argumenta que las mujeres no son por naturaleza inferiores al hombre, sino que parecen serlo porque no reciben la misma educación, y que hombres y mujeres deberían ser tratados como seres racionales. Su obra es la base filosófica de las luchas feministas modernas.
Betsabé Espinal, nacida en Bello, Antioquia, en 1896, a sus 24 años lideró la primera huelga de mujeres de Colombia. La hizo contra la empresa antioqueña, Fabricato, gerenciada y propiedad de Emilio Restrepo, quien llegaba en un coche tirado por caballos ingleses, al tiempo que obligaba a las obreras a trabajar descalzas. Mientras ellas ganaban 40 centavos a la semana, los hombres ganaban hasta $2.70 por la misma labor, eran multadas por llegar tarde, por enfermarse, por tener accidentes laborales y hasta por distraerse. Incluso eran abusadas sexualmente a cambio de conseguir mejores pagos salariales. La huelga duró 24 días y logró que se aceptaran todas sus peticiones. Acabada la huelga, Emilio Restrepo despidió a varios trabajadores de ambos sexos a modo de represalia, incluida Betsabé.
Además de resaltar este día, Sintracarbón expresa su disposición plena para que la mujer trabajadora, afiliada al sindicato, entienda su rol como obrera, necesitamos de su valiosa fuerza para sacar adelante la lucha social y laboral. Que, además, sean lideresas en defender sus derechos y se movilicen para que ninguna de nuestras afiliadas guarde silencio ante los abusos, haciendo uso de la sororidad como elemento fundamental de unidad para el reclamo de sus derechos. SINTRACARBON estará atento y presente en cada uno de los procesos que se generen en favor de defender el feminismo y avanzar en temas de igualdad, respeto y equidad de género.
#YoSoySintracarbón
JUNTA DIRECTIVA NACIONAL
Heli Arregocés Ibarra
Presidente