Columna de Opinión publicada en el Diario del Norte (No hemos podido publicar el enlace web, debido a que no aparece en el portal del diario www.diariodelnorte.net)

A continuación hacemos una transcripción de la misma.

Por: Carmen Teresa Palmarrosa Brugés

Como dice un adagio popular “Me le quitó el sombrero” a las mujeres trabajadoras de Cerrejón, sobre todo aquellas que con jeans botas y casco dominan equipos como palas eléctricas e hidráulicas, taladros de perforación y camiones que cargan 240 y 320 toneladas de carbón en la segunda mina extractiva a cielo abierto más grande del mundo. Mujeres que después de atender labores domésticas en sus hogares salen a ganarse el pan para sus hijos y familia, convirtiéndose en mujeres doblemente explotadas por el sistema que diariamente nos ataca, oprime e intenta acabar con nuestros deseos de unidad y lucha.

El ámbito de las mujeres en el trabajo es muy complejo e intimidante, con diferencias de salarios por igual ejercicio en funciones y tiempo laborado siendo está una clara definición de discriminación, por eso es imprescindible el compromiso político con el proletariado y la incorporación de las mujeres en la movilización para construir espacios de alternativas anticapitalistas, junto a hombres consecuentes en la búsqueda de la reivindicación de derechos que aún nos deben.

Hoy día las políticas laborales nefastas de cerrejón agudizan la problemática laboral de sus empleados, pues en medio de la negociación colectiva entre Sintracarbón y Cerrejón, la empresa pretende implementar un nuevo turno de trabajo consistente en 7 días de trabajo más 3 de descanso y luego otros 7 días laborados, más 4 de descanso, es decir, más trabajo, menos descanso, más agotamiento, en la práctica, menos salario por más trabajo y lo peor, más desarraigo familiar intentando reducir en un 25% la planta de trabajo, poniendo en riesgo la vida, la salud, la seguridad y el bienestar de las familias de trabajadoras y trabajadores de Cerrejón.

Como tampoco podemos dejar atrás, las afectaciones ocasionadas a las esposas o compañeras de vida de los trabajadores, con el absoluto abandono que se verán expuestas en medio de este aterrador turno, pues el apoyo y el acompañamiento es muy importante en los procesos de formación de los hijos y en el fortalecimiento de la unidad familiar, razón que me lleva a invitar a todas estas mujeres a que se solidaricen y respalden a sus esposos en esta dura lucha que vamos a emprender contra la patronal.

El turno de la muerte, como lo han llamado los trabajadores es una afrenta contra los derechos a la vida, la salud, el salario digno y la familia, pues de esta manera en la gran mayoría de las mujeres trabajadoras habrá discriminación laboral, se verán en la obligación de renunciar a su trabajo, debido a las extenuantes jornadas laboradas que llevan al descuido y la falta de acompañamiento a los hijos, que conducen al quebrantamiento de la unidad familiar. Situación que debemos analizar en defensa de la mujer teniendo en cuenta el legado de las mujeres que antecedieron nuestras luchas, como aquellas que entre los años 1917 y 1927 durante la Revolución bolchevique se puso en movimiento una amplia reforma legal para garantizar los derechos laborales, el reconocimiento y respeto de los Derechos Humanos de las mujeres, asumiéndolo 76 años después la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Estás forzosas implementaciones laborales, van en contra de tratados internacionales contemplados en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la Convención sobre los derechos del niño ratificados y firmados por Colombia, atentando así mismo contra la salud de la familia conformada por las trabajadoras de la empresa Cerrejón.

Por eso intento interpretar cuando leo: “Cerrejón Minería Responsable” me pregunto, ¿responsable de qué?  ¿Con la vida, la salud, la seguridad, la dignidad y la integridad de sus trabajadores? ¿Responsable con el medio ambiente? ¿Con las comunidades? No hay congruencia entre lo que se dice y realmente está ocurriendo con Cerrejón, el cambio de nuevo turno, llamado de la muerte, ¡es un vil atentado contra la vida y la salud de los cerrejoneros!