Comunicado No. 63 (Comunicado Mesas Técnicas No. 3) – La Guajira, 12 de diciembre de 2020
Desde el pasado 15 de julio de 2020, la multinacional Cerrejón ha venido diciendo que la imposición de un nuevo turno, el 7×3-7×4, es fundamental para su supervivencia y sostenibilidad y por lo tanto no era negociable con los trabajadores. Vino entonces la reacción de la gloriosa huelga de 91 días, la resistencia de la base y la posterior mediación de la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales que permitió abrir un espacio de discusión directa por 30 días, en los cuales, de manera técnica, las partes expusiéramos los puntos de vista alrededor del cambio de turno.
El único compromiso que adquirió el sindicato fue debatir, ser argumentativo y propositivo: eso estamos haciendo. En ningún caso, estamos sentados para construir turno alguno que sea más gravoso que el actual. Por el contrario, hemos demostrado que ni a Cerrejón le sirve imponer el cambio de turno, ya que es tan ínfimo el ahorro de costos que no vale la pena dañarle la vida, la salud y la familia a los obreros. Con cifras y cálculos, basados en información financiera pública de la multinacional, hemos demostrado que reducir la nómina en 700 trabajadores (cifras de Cerrejón) apenas se notaría en la estructura de costos dentro de varios años, mientras que impacta sobremanera –aquí y ahora -, al recurso humano y a su familia.
También se le ha demostrado que el Turno de la Muerte entraña un potencial incremento de la accidentabilidad y de las enfermedades laborales. Con el turno actual, 2×1-2×3, los índices en Cerrejón son menores que en otras mineras de carbón a las cuales esta compañía quiere “copiarles” el Turno de la Muerte. Se lleva por delante el sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo (SG-SST), la política de sueño y fatiga que aún con el 2×1-2×3 es necesaria para la operación y para salvaguardar la vida de los trabajadores. Es completamente incoherente que la misma administración que diseñó y defendió estos sistemas y políticas esté sustentando cómo acabar con esos loables propósitos.
El Turno de la Muerte, para ser impuesto requiere de una serie de medidas de mitigación de sueño y fatiga que son incompatibles con la producción. Es más, esas medidas de mitigación ya existen hoy, pero son obviadas muchas veces por la supervisión, ante las metas productivas. El turno 7×3-7×4, de acuerdo con los expertos requiere, entre otros, siestas durante las jornadas y 120 minutos (2 horas) de pausas activas para 12 horas, que la administración sabe que no podrá cumplir. Será solo un saludo a la bandera.
Hasta ahora, en las mesas técnicas, Cerrejón no ha abandonado su comportamiento de patrón en que este ordena y los trabajadores solo obedecemos. Es inconsistente, obstinado, parco y lánguido en las explicaciones, cuando las da. No ha demostrado por qué el cambiar de turno por uno más gravoso, “salva” a la compañía. Solo hemos escuchado expresiones generales, de situaciones del mercado mundial, frases de cajón y eslóganes sin cifras ni datos específicos. Es solo un libreto mal impuesto, sin mayor sustento económico ni financiero para que el cambio al 7×3-7×4 sea fundamental, ni dé mejoras a la vida, la salud, el ambiente de trabajo y hasta la misma productividad.
Las mesas técnicas están programadas hasta el día 30 de diciembre, ya hemos evacuado el contexto general y lo relativo a seguridad y salud en el trabajo. Vienen más temas específicos en los próximos días. Mientras tanto, la operación apenas comienza a tomar ritmo. Habrá paz laboral, por lo menos en términos de negociación hasta el año 2023, que es un aporte de los trabajadores que la administración subvalora. Pero la amenaza del Turno de la Muerte, sigue ahí. El trabajador debe retornar al trabajo, con la conciencia de que el patrón no está apreciando, para nada, su inmenso aporte a la sostenibilidad de la compañía y que por el contrario es un triste objetivo en los costos. El ánimo de lucha, la resistencia y la perseverancia debe reflejarse desde el puesto de trabajo porque solo de nosotros depende que el turno no se imponga.
La lucha contra el turno va a continuar. Hay obstinación en la administración a pesar de todo lo que hemos demostrado, por lo que no es hora de bajar las banderas y cambiar la actitud hacia un patrón que no está escuchando las miles de razones que le hemos manifestado para que no imponga el Turno de la Muerte, con el que no gana nadie: ni la empresa.
Compañeros y compañeras de base y ejecutivos de la administración: con el Turno de la Muerte, todos perdemos.
¡La Lucha sigue!
¡Nadie se doblega!
¡Viva Sintracarbón!
COMISÓN TÉCNICA DE SINTRACARBÓN