Un niño despierta mirando para todos lados, como buscando algo. Lo primero que ve es a su Madre y con un gesto de duda le pregunta: – ¿Dónde está Papá?
Su mamá, abrazándolo y besándolo, le contesta: – Papá se fue a trabajar a la mina.
Al niño le invade un silencio y una inmensa tristeza. Vuelve a preguntar: – ¿por qué papá tiene que irse muchos días?
La mamá con un gesto de amor y orgullo le contesta: – Porque es minero. Mientras su mamá lo vestía, el niño vuelve a mostrar curiosidad y pregunta: – Mamá, ¿qué es un minero?
Ante la duda de su hijo, la mamá le contesta: – Es aquel hombre que da la vida por su familia, es aquel que lleva su uniforme con orgullo , es aquel hombre que es honesto y honrado, es aquel que no tiene navidad, es aquel que no tiene año nuevo, ni feriados, que no celebra cumpleaños propios, ni de sus seres amados, que no tiene verano ni invierno. Para él todos los días son iguales, es como el pabellón nacional: se lava con la lluvia y se seca con el sol. Es aquel que no te ve cumplir añitos, es aquel que tiene como amigo a las estrellas, con quien comparte sus problemas, junto a las noches más frías. Es aquel quien muestra tu foto y dice orgulloso: »Este es mi hijo».
Luego, la mamá, con lágrimas en los ojos, lo abraza y le dice: – Por eso, hoy brindamos Los dos solos, porque papá es minero.
Hermano Minero:
Tu trabajo es anónimo pero tu hazaña es inmortal. Los médicos curan enfermedades, los arquitectos construyen, los maestros enseñan y yo, como minero, ofrezco lo más humilde que tengo: Mi vida lejos del hogar.
Apócrifo.