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El diálogo es el único camino

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La Guajira, 23 de mayo de 2021

Sintracarbón sigue acompañando la valerosa lucha que vienen librando 226 compañeros despedidos injustamente por Cerrejón el pasado 23 de febrero de 2021. De la misma manera, respaldamos sus propuestas para dar por terminado el conflicto colectivo que provocó la multinacional. Estas propuestas, discutibles todas, se les ha dado a conocer a la compañía y a las autoridades del Municipio de Albania, Gobernación de la Guajira y los ministerios de Minas y Trabajo. Aquí quien se obstina en no dialogar es Cerrejón.

Además de no querer dialogar, ni aun con la mediación de las autoridades, la multinacional ha venido tomando decisiones equivocadas y hasta peligrosas. Sin lograrlo todavía, presiona a las autoridades para que éstas arremetan a la fuerza contra los pacíficos manifestantes; coopta a los medios de comunicación para que la comunidad solo vea una cara de la moneda y dice verdades a medias sobre el efecto inocuo en sus finanzas al destruir el futuro de cientos de familias.

Ahora, pretende que los trabajadores activos, directos y tercerizados, sufran el rigor de la protesta y también arremetan contra los humildes protestantes. De hecho, aprovechando los grises de la ley laboral, declara una discutible fuerza mayor por escasez de combustibles, según ellos, ante el bloqueo que unas comunidades indígenas vecinas hacen en Puerto Bolívar impidiendo el transporte de este líquido por carreteras.

Ninguna de esas decisiones equivocadas va a solucionar el conflicto. Al contrario, lo agrava. Aquí el único camino es el diálogo para escuchar propuestas y contrapropuestas, tal como los compañeros despedidos del 23F lo han planteado desde un principio. Las propuestas extralegales de salida a este tipo de problemática no son nada extrañas al interior de Cerrejón y las ha venido aplicando en casi 40 años de operación.

El aterrizaje de algunos altos directivos en esta compañía ha hecho que se pierda ese talante negociador, conciliador, concertador. Aquel compañero trabajador que a estas horas está a sol y sereno protestando pacíficamente por el futuro de su familia, no es enemigo de nadie. Es solo un atropellado por el poder del capital multinacional, que tenía un empleo estable e indefinido el 23 de febrero y al día siguiente no tenía recursos para mantenerse y mantener a su familia, ni seguridad social, ni auxilios para educación, etcétera. Tampoco es enemigo el indígena, que ve pasar la riqueza en sus narices, mientras miles de wayuu mueren de hambre.  

Esta organización sindical ha dicho que aquí la solución pronta no es establecer si los despidos del 23F son legales o ilegales. Eso es un tema para los jueces de la República. La solución debe ser aquí y ahora, con base en la responsabilidad social laboral de la empresa, en el poder de la palabra en una mesa entre las partes, en la autonomía de la voluntad y en el talante de concertación. Si Cerrejón hubiese escuchado a las distintas voces desde un principio, nos hubiéramos ahorrado este conflicto o por los menos los días en que se ha extendido. Por la terquedad de la compañía, en 19 días se ha dejado de vender mucho carbón, se han desviado buques en espera de ser cargados y se han incrementado los costos al pagar el transporte de combustibles por carretera.

Los compañeros activos, incluyendo a los tercerizados, debemos valorar la valentía de los despedidos. Nosotros somos quienes finalmente recogeremos el fruto de esta lucha para que Cerrejón no cometa un nuevo fatídico 23F. Inclusive para que tampoco se le vuelva costumbre ahora las declaratorias de fuerza mayor, como hizo hoy, sin que lo amerite. Hay que dirigir nuestras críticas ante quien ha causado toda esta desgracia, que no es otro que Cerrejón, cuando sin justificación impuso un turno de la muerte y sus consecuentes despidos injustos. 

Los despedidos no son culpables de nada. Solo son víctimas, atropellados en su dignidad, que están dando la lucha no solo por ellos sino por nosotros los que aún tenemos trabajo pero que no sabemos hasta cuándo. Ellos están dando la lucha que deberíamos dar todos, pues no sabemos si mañana mismo el turno del despido es para cualquiera de nosotros. Cualquier sacrificio de ahora, incluyendo la suspensión del contrato que arbitrariamente acaba de hacer Cerrejón, es poco ante lo que le ocurrió a los compañeros del 23F. Más bien debe ser un estímulo para motivarnos a luchar.

A Cerrejón le insistimos: la única salida es el diálogo. No hay otra. Este sindicato extiende ese puente, acostumbrado entre nosotros para solucionar los conflictos que han surgido en 40 años de relacionamiento, con momentos álgidos, paros, despidos, huelgas y otros.

JUNTA DIRECTIVA NACIONAL

Aquí puedes descargar el comunicado en formato PDF.