Comunicado – 6 de agosto de 2020
Con profundo pesar comunicamos a todos los que integramos la familia de la industria del carbón, que los compañeros de trabajo Agustín Núñez Castro y José Ipuana Brugés perdieron la vida por síntomas asociados al coronavirus covid-19. Agustín, trabajador tercerizado al servicio de CHM Minería, contratista de Cerrejón, era además el Secretario de Salud de Sintrachaneme, sindicato hermano que a la par de Sintracarbón lucha por las reivindicaciones de quienes trabajamos para este enorme complejo carbonífero. José, indígena wayuu, trabajaba como operador de maquinaria pesada para Cerrejón.
Estas son las caras reales del covid-19. No son solo las frías cifras, que cada tarde los medios y el propio presidente Iván Duque le anuncian al país en curvas y diagramas. De ahí que los ciudadanos de a pie debemos concientizarnos que el coronavirus mata y no hace distingos. Que además de cumplir y hacer cumplir con las normas de vida, protocolos y demás, con voz alta debemos exigir de autoridades y patronos el cumplimiento y la entrega de medidas de bioseguridad.
En el caso de Cerrejón, atendiendo que retomó la operación en medio de la pandemia autorizada por el gobierno nacional, hay que redoblar las exigencias. Se parte del hecho que cada trabajador interactúa a diario con compañeros de trabajo y también con su familia y comunidad, y fácilmente es un rápido receptor y propagador del mortal virus.
Hoy son muchas las quejas contra Cerrejón, con respecto a este tema: desde la entrega de mascarillas defectuosas, desatención a los potenciales contagiados y sus familias, mal manejo del cerco epidemiológico, riesgoso traslado del contagiado, el no reporte a la ARL, pésimo seguimiento y ocultamiento de información. Si bien tenemos claro que por respeto al derecho a la intimidad de los trabajadores no se deben publicar nombres, bien es cierto que los trabajadores y las organizaciones que los representamos, debemos conocer de las medidas que se toman. Somos veedores de vida críticos pero propositivos. No queremos atribuirle a la administración de Cerrejón, que detrás del ocultamiento de información está el interés de salvaguardar la producción, aun en tiempos de pandemia.
Invitamos a los compañeros de trabajo, a las otras organizaciones y a los miembros del Copasst a que continuemos haciendo públicas las inconsistencias y fallas en los protocolos de bioseguridad a los que están obligados los patronos, tanto Cerrejón como sus empresas contratistas. El Covid-19 mata y no distingue si tu camisa es amarilla (como la de Cerrejón) o de otro color.
Paz en sus tumbas para Agustín y José.
