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Dos años sin Carlos Roberto Urbina Martínez (QEPD), víctima fatal de la minería de alto riesgo

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Comunicado No. 6 – Riohacha, 25 de enero de 2020

Un día como hoy hace dos años, en medio de la negociación colectiva de entonces, al inicio del turno nocturno en la mina de Cerrejón, en un accidente de trabajo murió nuestro compañero y hermano de clase Carlos Roberto Urbina Martínez. Lo mató un derrumbe de tierra que se desprendió de la pared más alta del talud y sepultó el tractor de orugas que este operaba. Carlos, apenas contaba con 40 años de edad y dejó una familia huérfana.

Desde entonces, Cerrejón en público se lamenta y rinde homenajes, pero en privado se ha preocupado más por inclinar una “investigación” unilateral del hecho fatal, para señalar a Carlos Roberto como único responsable de su propia muerte. No admite para nada que el área estaba mal minada, que se dejó una “nariz” en la pared que finalmente se desprendió, que hubo errores de diseño del talud, que hubo una pésima entrega-recibo del área por parte de la supervisión, que ese riesgo no estaba detectado ni controlado como se debía, entre otros.

El mejor homenaje que debería hacerle Cerrejón al obrero víctima de su negligencia, es admitir la evidente responsabilidad patronal e indemnizar a la familia, para paliar la ausencia eterna del líder de ese hogar. Igual debería cotizar lo que le corresponde al sistema general de seguridad social, para que el minero pueda pensionarse por vejez de manera anticipada, por ejercer actividad de alto riesgo. 

Asimismo, compañeros y compañeras, todos debemos aprender de este doloroso episodio. Si para la compañía es un accidente más, para nosotros no. Concienticemos que en Cerrejón sólo somos un número de cédula: por un  equipo accidentado, compran otro, por un trabajador fallecido tienen cientos de candidatos para remplazarte. A los miembros de tu familia, a esos sí, les harás falta. Nada te remplazará allá.

Todo patrón, incluido el nuestro, es malagradecido: eres bueno mientras produces, mientras tu capacidad de trabajo está intacta; pero, tan pronto enfermas, te dejan sin sustento, te niegan los beneficios convencionales, te vulneran los derechos, te despiden.

De nuestra parte, el mejor homenaje a Carlos Roberto Urbina Martínez es cuidándonos y cuidar del otro. Denunciar con vehemencia, las condiciones de la operación que pongan en riesgo la integridad de todos. Y cuando tengas que negarte a ejecutar la operación en razón de proteger tu vida, hazlo. La subordinación no significa entregar la vida, pues, reiteramos, solo a tu familia harás falta.

#PorNuestrosDerechos

COMISION NEGOCIADORA

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