Berna, 1 de septiembre de 2020

Inés Elvira Andrade

Directora de Estándares y Estrategia de Responsabilidad Corporativa
Cerrejón

Minería Responsable

Calle 100 No. 19-54 / Bogotá, Colombia

Estimada Inés

Una vez más debo constatar que una comunicación oficial de Cerrejón se hace de una forma que pone en peligro la seguridad y la vida de muchas personas. Ustedes se ufanan de la generosa propuesta hecha por la empresa al sindicato Sintracarbón, todo lo que ofrecieron, los millones que iban a gastar en el sindicato y los trabajadores, y hacen enfasis en cuánto más es en comparación con el promedio nacional. Ademas afirman que la huelga pone en peligro el bienestar de los trabajadores, de las comunidades, pone en peliro las posibilidades de desarrollo del departamento. También hacen enfasis en la dificil situación del mercado de carbón y las pérdidas de Cerrejón.

No pongo en duda la dificil situación del mercado de carbón, pero creo que esto ya no va a cambiar mucho, dado la transición energética hacia energias más limpias y amigables con el clima que el carbón en cada vez más países. A eso se suman los diversos fallos a favor de la salud y los medios de vida de muchas comunidades, casos como el arroyo Bruno, la comunidad de Provincial y otras, a lo que Cerrejón no ha respondido con adecuaciones idóneas en su forma de operar. Es decir, una crisis como a la que Cerrejón de momento se enfrenta se veía venir.

Su comunicado sobre la huelga tiene un enfoque unilateral y hasta agresivo: crean la imágen de una empresa muy generosa en mitad de una situación dificil, y un sindicato que por bobo rechaza esta oferta generosa en su afán de lucrarse aun más, eso es el tono del comunicado, el mensaje sublime. Es cierto que los trabajadores de Cerrejón tienen condiciones relativamente mejores que muchos obreros en Colombia, pero es producto de años de luchas obreras y sindicales. El tono del comunicado puede generar celos y rabia en personas que no tienen un trabajo bien remunerado, o que temen consecuencias negativas por la huelga. Además es injusto hacia un sindicato que trabaja duramente a favor de los sectores menos favorecidos de la Guajira. Eso, como en ocasiones anteriores con lideres comunitarios y demandas judiciales por el arroyo Bruno y otros casos, puede generar amenazas a los sindicalistas. De todas maneras, contribuye a aumentar tensiones en una sociedad ya de por si violentada y polarizada.

Porqué ustedes no hablan de lo que ya no ofrecen, de lo que eliminaron en la convención? Del cambio tan drástico en los turnos? Porque no reconocen que no todo el mundo ve el Cerrejón como el gran benefactor, sino como un actor que les dañó la salud, que les quitó los medios de vida, que los desplazó para dar paso a la mina? Desde hace tantos años solo escucho de ustedes justificaciones y las mismas alegaciones sobre las bondades de Cerrejón, y culpan de todo lo que no anda bien al gobierno, a las comunidades y a ONG y abogados. Desde lo internacional llevamos muchos años reuniéndonos con ustedes, intercediendo a favor de los trabajadores y comunidades, haciendo propuestas y observaciones y tratando de ayudar a encontrar soluciones. A que ha servido? Es frustrante constatar que nunca escuché mayores reflexiones autocriticas, reconocimiento de una equivocación o un error. Todos los grandes conflictos y temáticas iresueltas desde que empecé a trabajar acerca de la Guajira en 2005 permancen ahí, algunos con ligeras mejoras, pero ningún tema o conflicto realmente ha sido resuelto, ni Tabaco, ni los demás reasentamientos, ni las controversias por indemnizaciones/compensaciones, ni las quejas por contaminación y afectación de la salud, ni por contaminación y escasez de agua etc. etc.

Una mineria responsable no se hace así, se hace preveyendo y anticipando retos, buscando soluciones justas para todos. No es posible o aceptable buscar prolongar por unos añitos más la rentabilidad en un negocio condenado a su fin a costa del ambiente, de la salud y de las condiciones de vida de la gente.     

Sin más por hoy

Stephan Suhner

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